julio 01, 2007

La Mancha Anaranjada


Caminaba el hombre por la ciudad, vacia de vida para el. Sus oidos ensordecidos con su mente centrada en esa mancha anaranjada que noche tras noche se asomaba en sus suenos.


A grandes pasos avanzaba sigiloso por los techos de los edificios, sintiendo la brisa en su rostro, creyendo que al estar mas cerca del cielo podria obtener un poco de esperanza de la celestial boveda.


Al avenzar por las avenidas sus pies sin movimiento flotaban por sobre la acera y la oscuridad sombria le seguia a sus espaldas como una tela de satin que barria las calles.


En un rincon de la noche dentro de un callejon humedo con objetos cilindricos e inertes encontro el ser placidamente acomodado. La doncella parecia dormida con su rostro fino y palido que ofrecia una angelical sonrisa, sus manos perfectamente posicionadas sobre su abdomen y el delicado vestido blanco que caia cubriendo sus tobillos.


El hombre la contemplaba largamente bajo la luz de la luna que palidecia aun mas su rostro; al levantarla en sus brazos una de sus delgadas manos cayo a la gravedad del suelo dejando caer el camafeo que esta sostenia y descubriendo en el pecho la mancha anaranjada que un amor perdido le dejo sin poder tocar su corazon

... Vagabundo...




Corria el pequenito con sus pies descalzos por la pedregada calle, sus ropas andrajosas bailaban y una gota de sudor corria por su pegajosa patilla.


Se detuvo en el mercado con su respiracion acelerada, sus negros ojos brillantes atentos a cualquier imagen o cualquier conocido movimiento, su cabeza la movia de un lado a otro meciendo su pelo desordenado al ritmo de su acelerado corazon. Alzo sus manitas sucias cerca de su boca hambrienta y grito " Amalia !! "




Cuarenta anos despues, los mismos piecesitos desnudos, ahora con llagas hechas por el tiempo siguen caminando cerca del mercado donde perdio ese amor maternal, aquel perfume a Gardenia que alguna vez lo abrazo, aquellos labios dulces que sus mejillas besaro, ese corazon calido que latio bajo su pecho, esa dulzura tibia que hizo eco en su voz desesperada cuando grito muda al viento esperando ser escuchado por ella.

Rosa Rosa


Su vida era monotona, aburrida rutina. Sus pies caminaban de memoria las mismas calles cada dia. Sus ojos solo se enfocaban hacia el frente sin mirar nada en particular siendo cada dia igual.


Llegaba a la esquina y esperaba la luz del semaforo que tardaba exactamente cuarenta segundos en cambiar. Cada dia veia pasar el carrito manicer doblar en la esquina del banco mientras la cajera salia con sus kilos de sobra a fumar un cigarro en sus minutos de descanso


Cada dia era igual. Abria con su llave la puerta del edificio y el portero con sus gorra azul alzaba su mano sin mirarlo para darle un desbrido saludo. Abria su casilla de correo, tomaba u par de cuentas o propaganda y las echaba en su maletin en lo que tardaba el ascensor en llegar. Cada dia lo mismo, la campanilla del ascensor al abrir sus puertas y el olor a humedad que del interior salia, los numeros que brillaban a medida que recorria los elevados pisos


Llengando al noveno piso se bajaba con calma a caminar por el largo pasillo. Pero ese dia algo extrano sintio, un perfume nuevo, un calor a pasion que se reflejaba en las viejas murallas, camino extranado sin quitar la vista del numer de la puerta de su departamento. AL estar frente a la puerta bajo la mirada para sacar las llaves de su bolsillo y encontro que en el sueno descansaba un petalo de rosa rosa. Se agacho con cuidado para tomarlo cuando escucho una leve risa de mujer que provenia del interior.


Su corazon salto, sus gruesas cejas se cineron y una leve sonrisa su boca mostro. Al abrir la puerta su razon se descoloco ... vio como la pasion se habia metido en las murallas del interior, Rosa Rosa lo esperaba, (estaba de vuelta), vino a buscar un poco de amor.-